Por Julio Oronado
A punto de cumplir 12 años, Thiago está cumpliendo el sueño
del pibe (en un uso literal de la palabra). Tras una buena temporada en su
Independiente de Carlos Paz, pasará a jugar en Racing de Nueva Italia. En
Divisiones Inferiores de la
Liga Cordobesa , claro.
Para que esto suceda, hubo mucho trabajo de mamá Trinidad, quien además es dirigente del Rojo de Playas de Oro. Es que lo primordial para que se concrete el pase era que Thiaguito siga estudiando. Y, moviendo cielo y tierra, mamá consiguió inscribirlo en otro colegio.
Cuando era pequeño (aún mas
que ahora) empezó a patear la pelota en la escuelita Club de Amigos. Allí vivió
muchos lindos momentos y encontró grandes compañeros. Luego, por pedido de Luis
Gallardo, se sumó a Independiente, en 2013.
“En Racing me presenté una semana a las prácticas y me dijeron que quedaba en el club. Era una mezcla de alegría y tristeza, ya que dejo Independiente, al que quiero mucho con grandes amigos. Pero feliz porque quiero crecer y llegar bien lejos, lo mas que se pueda. En Racing me trataron muy bien, enseguida me hice de amigos. No veo la hora de comenzar las prácticas. Jugar es lo que mas amo en la vida”.
Lo que mas va a extrañar, además de los amigos que deja en
el Rojo, son los clásicos ante Atlético. “Esos se llevan los mejores recuerdos.
Nos enfrentábamos con amigos de colegio y amigos, muy lindos momentos”, dijo
con la claridad de un adulto, pero con la dulzura que todos le conocen.
Para soñar no anda con chiquitas: “Poder jugar en River o Real Madrid, ya que soy fanático. Soy admirador de Ronaldo”. Mi primer gol fue en Independiente, de tiro libre, en Córdoba contra Villa Azalais y ese partido lo ganamos
Thiaguito se prepara para vivir un gran año en Racing, pero
también piensa en las obligaciones escolares. Para todo eso, tiene una familia
detrás.
