Te contamos porqué Los Rojos de
Jardín del Pilar tiene motivos de sobra para hoy estar de festejos.
Los Diablos Rojos, como decidieron bautizarse los
impulsores de Club Atlético Avellaneda para diferenciarse del resto a través
del color rojo de su indumentaria, tienen como fecha fundacional al 19 de
septiembre de 1933.
En sus inicios, la entidad, que nació
por la fuerte iniciativa de Francisco Campos, era identificada por el resto
como el club de los soldados, en alusión a la gran cantidad de
estos servidores de la ley que se involucraron con esta institución tanto en la
cuestión deportiva como social.
Apenas un año después, en 1934,
Avellaneda se afilió a nuestra Liga Cordobesa, y luego de dos intentos fallidos
por intentar afincar su estadio (la primera estuvo en lo que es hoy Barrio
Colón y la segunda donde se encuentra en la actualidad la Escuela Hilario
Ascasubi) finalmente en 1945 instala su actual campo de juego en la Avenida
Malagueño 3500, de barrio Jardín del Pilar.
Las primeras décadas transitadas
mostraban a la escuadra roja como una entidad modesta, que recién pudo saborear
su primera conquista futbolera en 1971 cuando se abrazó al ascenso a la
Primera C.
En 1986, cansado de no poder sortear
diferentes vicisitudes institucionales, Avellaneda decide acordar una fusión
con su archirrival Escuela Presidente Roca, que denominarían Asociación
Deportivo Colón y que se extendería por espacio de doce años.
A pesar de los
buenos dividendos deportivos, como la obtención del Torneo Provincial de 1992,
las diferencias personales predominaron y ambas partes decidieron en 1998
separarse para volver a su idiosincrasia original.
En
1999 Avellaneda logra el torneo de Primera B y el inminente ascenso a la
Primera A- idéntico éxito obtenido por estos en la
temporada 2019- y en 2002 conquista su único título en la máxima categoría de
nuestra liga.




