EL FEMENINO PIDE EMANCIPACIÓN



Como el pibe que todavía es menor, pero ya puede tomar decisiones de adulto. El fútbol femenino de la Liga Cordobesa pide a gritos su independencia.

Hoy las chicas juegan en la misma categoría que el primer equipo. Pero parece un acto de injusticia, por ejemplo, para Bella Vista que les ganó a todas y puso de rodillas por un rato a las invencibles Piratas. Pero seguirá en Primera B.

Al principio, la práctica del fútbol entre mujeres era sólo una obligación. Hoy lo sigue siendo, pero algunos clubes se lo tomaron muy en serio. Algunas instituciones maduraron y les dan a las chicas su espacio.

Y en ese punto radica esa necesidad de ir un paso más adelante. Las chicas pueden jugar SU torneo. Uno en el que tomen decisiones de cómo y con quién disputarlo. 

En épocas en las que no todos entienden los complejos torneos, José Vega parece ser quien debe seguir coordinando la disciplina. El podrá adjudicarse la iniciación de las reservas femeninas. Y es conocida su vocación por independizar el fútbol en tacos. 

Hay tantas buenas jugadoras como ganas de mejorar. Cada tanto son noticia las corridas de Urbani o los lujos de la Pepa Gómez. Pero también las atajadas de Natasha o Anita Dalmasso,  la personalidad de la capitana Gottardi, Bambicha o las Rech. Los goles de Oliva o Alaides. El sábado, Marcela Finelli no pasó desapercibida para nadie, como tampoco las dos campeonas festejando juntas.

Independizadas del fútbol masculino, ellas ganarán en emociones. Con un torneo acorde a lo que hagan en cancha y no sujetas al año de la Primera del club. Y con la posibilidad/necesidad de jugar varios partidos en una misma cancha, potenciando ese gran espíritu de camaradería. 

¿Cómo hacerlo? Eso es materia de análisis de los encargados en el tema. Pero un primer torneo unificado parece ser algo coherente. Eso en un primer año, para luego dividir dos categorías de acuerdo al mérito deportivo. Y, ¿porqué no?, que el campeón general tenga la clasificación a algo superior. 

Poder se puede. Hay que tener ganar de usar el ingenio y escuchar la voz del pueblo. Ellas ya maduraron y piden ser independientes. Y escuchadas.

Por Julio Oronado